domingo, 25 de octubre de 2015

Going backwards.

Sencillamente tengo miedo, ya no sé quién soy, no me reconozco para nada. Y me aterra el hecho de encontrarme en tal estado donde las lágrimas se han vuelto las fiel compañeras de mis ojos y la opresión que siento en mi pecho cada vez se vuelve más grande intentando apoderarse de todo mi ser, sin dejar rastro de tal felicidad con la que abundaba mi alma.

Me doy cuenta que yo quería con muchas ganas esto pero desde que entré, no he sido yo misma, me he perdido en un sin fin de laberintos que han sacado mi verdadero ser, ya no me río cada cinco segundos como lo hacía anteriormente y es más, pocas veces he vuelto a reír verdaderamente; no he podido ser esa niña graciosa con la sonrisa que todos admiraban. Ahora simplemente soy una versión seria y poco entusiasta de mí que nunca esperé llegar a convertirme.

Cada día siento que me hundo más y más en esa marea de falsedad que ha creado un pozo para que cayera ahí trágica y dolorosamente. No soy feliz, realmente no lo soy y estoy jodidamente perdida.

Encontré finalmente un espacio donde siento que pertenezco y en donde la comodidad finalmente hace aviso en mi ser, pero no hay tiempo para hallarme ahí. Y lo peor, no hay nadie quien me pueda ayudar, yo siempre estoy para los demás pero ¿y para mí quién está? todos sacan excusas y argumentos poco convincentes donde no les da la cara para decir que no les interesa en absoluto lo que me pase.

Debo admitir que por momentos me siento bien estando ahí y al menos he encontrado una persona que me ha podido comprender a la perfección, pero la mayoría del tiempo me siento confundida, abatida, destrozada  y con pocas ganas de continuar. ¿Qué hacer al respecto? Ni yo misma sé, si tan solo pudiera escapar de tales muros que me están limitando para encontrarme, ah, lo haría sin pensarlo.

Going nowhere.


lunes, 19 de octubre de 2015

Cry me a fucking river.

Cuando tu vida está a punto de cambiar y entras en una nueva etapa, esperas que ese giro de 180° sea finalmente una forma de empezar de nuevo y escribir tu historia esta vez sin que nadie te reconozca y puedas ser quien siempre quisiste ser. Esperas y te llenas con las más altas expectativas de que ese cambio sea lo mejor que te vaya a pasar. Sin embargo, con el tiempo te das cuenta de que por más que trates de hacer todo en una hoja blanca, las huellas de lápiz te recuerdan que tu letra no ha cambiado y que no puedes huir de ti mismo ni mucho menos, empezar de nuevo. Los principios no se vuelven a hacer a menos que lleves consigo mismo tu huella que has dejado en el camino. Sencillamente no puedes escapar del pasado, de ti, ni de nadie.
Te das cuenta que lo que te llevó a ese momento de cambio en tu vida, con tropiezos y todo, fue lo mejor que te pudo haber pasado y que volverías a ese instante porque realmente eras feliz. Pues heme aquí, tratando de encajar en un grupo de personas superficiales y poco amables, donde te muestran una sonrisa mientras te apuñalan a escondidas.
Ves que todos a tu alrededor ya han encajado y que felices son con sus iguales pero luego te ves a ti, solo, quizá con uno o dos amigos que realmente aprecias pero que sabes que por más que intentes no encajas y sencillamente ellos te mantienen en un constante recordatorio de eso empujándote a la orilla para despejar el camino.
Son sensaciones nuevas y pensamientos diferentes a los acostumbrados los cuales se apoderan de tu mente y te llevan a un sinfín de malestares donde pasas de ser la persona más sonriente y alegre que alguien ha conocido, a la persona más cerrada y seria. Te cambian, te desmejoran, te desaniman pero toca seguir adelante, sea con una sonrisa o con una lágrima.



La siente, la escucha, la espera, y sueña.

Se había demorado en captar que finalmente el 13 de otro mes hacía aparición, pues su trabajo lo tenía ocupado tanto mental como físicamente. Pensaba no darle importancia y continuar con su rutina como un día normal, pero definitivamente, no era un día cualquiera y no podía hacer caso omiso a ese hecho, después de todo, tenía que aprender a vivir con ello.

El recuerdo de ella le consumía su pecho poco a poco, hasta el punto de asfixiarlo y sofocarlo cargando con el peso de su ausencia. Se volvía loco de tener su imagen en su mente y de sentirla en su interior destrozándole el alma. Controlar el dolor que sentía con cada latido frenético y desgarrador se volvía cada vez más imposible, como un deseo lejano que no podía cumplir. ¿Por qué esta vez le había dado tan duro su recuerdo? Pensaba que la estaba superando pero episodios como estos le recordaban que eso jamás sucedería o al menos, no por el momento.

Su cuerpo temblaba y las lágrimas brotaban como una cascada incontrolable llena de dolor, rabia y debilidad. No sabía cómo más intentar superarla si cada que sentía que lo estaba logrando, los celos de ella crecían en su interior esperando nunca traicionarla. Así es, sería una larga y peleada lucha conseguir su objetivo pero no podía seguir viviendo de ese modo, ya no se había vuelto sano el intentar conservarla.

Por lo tanto, la ocasión ameritaba tomarse un día de descanso, libre de toda preocupación exterior así como un tiempo de reflexión para sí mismo. Decidido, se dirigió a pisar las calles con olor a madrugada y tranquilidad, donde la música reinaría su paso adornando los matices del camino. También, aprovechaba para desahogar tanto que había contenido para sus adentros mientras intentaba acomodar sus pensamientos.

Quizá en un pasado habría mantenido así hasta calmarse pero esta vez, sentía la necesidad de tener a alguien a su lado y de expresar todo lo que quería gritar, solamente eso, quería que alguien lo escuchara en momentos como estos donde la vulnerabilidad era su fiel compañera, a pesar de detestar que lo vieran en ese estado.

Sin embargo, sabía que no contaba con la ayuda de sus amigos más cercanos para atravesar aquella crisis debido a lo ocupados que se encontraban en el momento, pero solo bastaba con observar a su alrededor para darse cuenta que todo el tiempo había estado teniendo apoyo de sus compañeros. Si bien, a pesar de haber pasado muchos momentos juntos,él no les tenía la confianza suficiente todavía, o al menos, eso era lo que pensaba, hasta que se dio cuenta que ellos eran los únicos que le estaban brindando su mano para sacarlo del abismo en el que se encontraba. Era extraño, pero la idea de contar con un apoyo de parte de ellos le habían salvado su día.

No supo exactamente en qué momento sucedió, pero sin esperarlo, todas las sombras que antes lo estaban atacando habían desaparecido y se encontraba riendo rodeado de paz y alegría que le calmaban de a poco hasta el punto de anestesiarlo totalmente. Era gratificante el saber que de los escombros, se estaba levantando siguiendo su paso con fuerza siempre para adelante.