Sé que yo fui el que abandonó todo, el que abrumado por tantos sentimientos se fue acercando al abismo de confusión en donde la caída se hacía larga y para nada placentera, pero fui yo quien se abalanzó a esta tortura de soledad y perdición a la que me vi aprisionado. Es verdad, me hacía el fuerte actuando como si no importara nada o mejor dicho, esa nada que se resumía en vos, sí, no quería saber nada de vos ni de el hombre que tenías a tu lado pretendiendo ser tu amor.
No quería ser tu amigo ni mucho menos tu mejor amigo, pero las circunstancias así lo habían planteado poniendo en segundo plano el amor intangible y amarrado a nuestro ser que sentíamos el uno por otro, y es que por más que nos amáramos no supimos controlar aquellas revoltosas emociones que desde adolescentes habíamos dejado de sentir, esperando y deseando que fuera solo un capricho de esos amores pasajeros que por más intensos que al principio son, se consume con tal rapidez quitando del camino cualquier pasión sentida alguna vez; aceptémoslo, rogábamos con que todo desapareciera para poder ser amigos, porque vos y yo sabemos lo buenos amigos que éramos.
Los meses, años, el tiempo pasaba y cada vez crecía más nuestra atracción, ¿por qué nos volvimos tan imbéciles? Yo tenía mi novia, vos tu novio, pero el verdadero amor lo teníamos nosotros y sin embargo, optamos por no abrir los ojos permitiendo que nos consumiera el alma llevándonos al dolor y al sufrimiento.
Me alejé de vos no porque no tuviera el tiempo preciso para poder verte o cualquiera de esas excusas que te mencioné en mi partida, me alejé de vos porque el infierno de no tenerte a mi lado se apoderó de mi ser y desde entonces sigo cayendo en ese profundo abismo rodeado de ánimas que tratan de llevarse mi alma y si de mí dependiera, dejaría que se llevaran cualquier sentimiento hacia vos atesorado pero de ser así, el infierno no tendría sentido pues finalmente estaría en el cielo sin tu recuerdo. Ah, cuán doloroso se vuelve la vida condenada a tu sombra que me sigue fielmente intentando algún día cubrirme de cualquier rayo de luz ansioso de atravesar.
No sé si pensás en mí como lo hago con vos, o quizá sí sé pero quiero creer que en el fondo algo mío se habrá quedado en tu ser. Sabía exactamente lo mal que la pasaste tantas veces que me fui de tu lado después de haberte prometido mantenerme a tu lado, y lo sé muy bien porque vos sos como yo y sentís las cosas como yo las siento. Mas en este caso, tu sombra me dice que ya hiciste caso omiso a cualquier sentimiento que alguna vez sentiste por mí. Perdí, perdimos, y ahora, estoy perdido.