sábado, 20 de diciembre de 2014

There will be tears.

Lo curioso es que crees que nada ha cambiado, que todo va a seguir bien, hasta que  tan solo en unos cuantos segundos tu vida ya no es igual, el equilibrio con el que se mantenía todo ha dejado de ser y te encuentras perdido, sufriendo, desesperado.
Y es como que ya no quieres volver a salir, reunirte con tus amigos, con tu familia, con nadie; estás cansado de fingir sonrisas, de actuar como si todo estuviera bien. Uno llega al límite y ahí es cuando necesitas estar solo contigo mismo, conociéndote, reflexionando sobre todo lo que te ha pasado y desahogarte, esa es la clave.
Es increíble cómo parece que no sintiera nada, que los males que me acechan no me afectan en nada, es como si no tuviera sentimientos pero no es así, me doy cuenta que ha sido tanto lo que me guardado para mí mismo que se llega a un punto donde ya has aprendido a manejar lo que sientes, donde ya has quedado anestesiado de tanto dolor pues ¿qué es un dolor más en tu vida si ya tienes otros dolores guardados en tu interior? Pero todo tiene un límite en el cual se necesita sacar todo eso, llorar, huir, gritar pero el problema es que aunque saques todo vas a seguir solo con otro dolor nuevo que va a llegar a tu vida porque de eso se trata la vida, de repetir los sucesos ocurridos hasta que aprendas a enfrentarlos, a salir adelante con ello y es ahí cuando comienzas a ser feliz, cuando pequeñas simplicidades de la vida comenzarán a hacerte sentir realmente agradecido porque a pesar de todo siempre hay algo por lo cual alegrarse en la vida por muy pequeño que sea y podrás ser libre.

Ahora no he encontrado esa felicidad pero para eso está la esperanza, para mantener ese grano de fe en mi vida que me dice que continúe siendo fuerte, que todo va a salir bien.

There will be tears.