martes, 1 de octubre de 2013

¿Reencarnación..?

Y así un día normal mientras observaba el techo del salón pensando en mi futuro aprovechando que no tenía nada que hacer en esa clase porque debo recalcar que ese examen de Física estaba demasiado complejo para una mente llena de sueños y preocupaciones, te volví a ver.
Llegaste con esa gran mochila negra que siempre has usado, tu uniforme de deporte un poco grande para tu cuerpo y tu mirada tan peculiar con esos ojos mieles y dulces que solo tu tienes. Debo decir que al principio pensé que habías cambiado pero después de observarte de cerca me di cuenta que seguías siendo el mismo vago del que me enamoré, sí, tus tonterías te delataron.
Entregué mi examen, bueno esa hoja en blanco llamada examen y seguí observando el techo pero ya no pensando en mi futuro sino en  nuestro futuro.
Traté de hablar contigo pero fue difícil porque todas las mujeres estaban detrás de ti, si no estaban babeando estaban gritando por tu belleza tan única. Sentí celos de ellas, no quería que te miraran con esos ojos de fieras hambrientas solo yo podía hacerlo, solo yo te puedo mirar con esos ojos esperando a que me alimentes mi corazón.
No pensé que te volvería a ver, sinceramente pensé que te habría perdido para siempre y dejé de acostumbrarme a ti, dejé de pensar en ti, dejé de pensar en tu aroma, tu delicioso aroma. ¡Ay! ¿por qué apareces justo cuando pensé que te había superado?. Le has devuelto los latidos a mi corazón, la sonrisa a mi rostro y el deseo de mi cuerpo junto al tuyo, otra vez me despiertas ese maldito deseo de tenerte a tu lado, esa maldita lujuria que trataba de disimular cuando estaba contigo.
Pero bueno, no me quejo de que le hayas devuelto la vida a mi cuerpo, debo decir que la extrañaba, porque tanto tiempo en las sombras ocultando a la gente la falta tan grande que me hacías era agotador.

En las clases te observaba disimuladamente escribir tus conocidas frases en la parte de atrás del cuaderno mientras realizabas tus gestos tan patéticos y armoniosos, con mis ojos deseosos y nerviosos.
No sé si te dabas cuenta de la forma en que te miraba, pero si lo hiciste, la próxima vez que te vuelva a observar disimuladamente voltéate y sonríeme  o sacame la lengua y hazme mala cara, pero has algo para que alimentes mi vista deseosa de un gran paisaje, de tu paisaje, el único paisaje que solo mi vista puede reconocer.

Pasaban los días y me acercaba lentamente a ti aunque no lo notabas, solo quería sentir tu respiración cerca de mi cuerpo para saber que no era un sueño lo que estaba viviendo. Y aunque traté de acercarme a ti, no pude, sentía que estábamos en mundos diferentes aunque tan solo nos encontrábamos a dos metros de distancia.
Mis amigos me seguían diciendo e insistiendo que dejara mi puta obsesión por él, que solo eran ilusiones que estuve creyendo todo el tiempo, que lo olvidara, que él no era él. Y tenían razón, te creí haber encontrado pero no era así, simplemente era otra persona, otro joven diferente con tus malditas costumbres.
Aún así no me importó, ¿acaso era una coincidencia que te hubiera vuelto a encontrar? no lo creo.
Esas estúpidas manías tuyas que tanto odiaba y que ahora se encontraban en frente mío con tu apariencia, se que me la enviabas a mi, que aunque no eras el verdadero tu, no querías que te olvidara. Por eso, no me importó que él no fuera tu, sabía que él era parte de ti y aún así te seguiría amando hasta mi último respiro.